14 de mayo de 2013

Mi cabeza es un torbellino de pensamientos y emociones. Realmente no se por donde empezar a contar (además me cuesta, obviamente, porque hace meses que me vengo reprimiendo en todo sentido). Cada vez que enfrento al papel en blanco, me agarra un nudo en el estomago, se me acelera la sangre, me tiembla el cuerpo. Si, es miedo, miedo de ser consciente de mis problemas. Siempre estuve acostumbrada a huir de situaciones, de personas, de TODO. Y con los años me volví una evitadora por excelencia. Vivo en la burbuja que mi mente crea, y cuando algo acecha con dañarla, ¡debe ser eliminado! PUNTO.
Por este motivo estoy sola, porque oculto mi verdadero yo. Todos conocen a la hija, la amiga, la hermana, la alumna, pero nadie al MONSTRUO macabro.
En estos años me distancie muchísimo de mis amigas (para no mostrar quien soy, obvio), y con mi familia la voy llevando, saben que soy rara pero no se imaginan cuan. Si hablamos de relaciones amorosas, NO son una opción. ¿Se imaginan? Seria todo una farsa, ¡una verdadera obra de teatro!
Soy consciente de que necesito terapia, o mejor, un ejercito de psiquiatras.
Pero por ahora no voy a tomar cartas en el asunto, me quiero dejar ser por un tiempo para ver como continuo.
Demasiado drama por hoy.

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